domingo, 24 de noviembre de 2019

Donostiako Maratoia 2019

Se que la maratón de Donostia no mueve tantos espectadores como la Behobia - San Sebastián, el trail Zegama Aizkorri o el Ironman de Vitoria, pero ya tenía muchas ganas de participar en un evento deportivo en Euskadi, y por fin había llegado la hora de vivir la experiencia.


Las previsiones meteorológicas parecían quedarse cortas con el gran chaparrón que el domingo de madrugada, a escasas horas del comienzo de la prueba, descargaba toda su fuerza sobre la capital donostiarra.

Suena el despertador alrededor de las 6:00h. Echo un vistazo por la ventana del hotel y, aunque la tormenta ya no es tan violenta, parece que sigue cayendo bastante agua. Última ojeada a la página web del evento antes de salir. No hay ninguna noticia de posible cancelación. Ropa seca resguardada debajo de de dos capas de abrigo impermeables que tiraré minutos antes de la salida, y a por mi 18ª maratón.

A medida que avanza la mañana, va desapareciendo la lluvia, quedándose en apenas un chirimiri refrescante cuando llegamos a los cajones de salida. Unos minutos antes, haciendo cola para dejar la mochila en el guardarropa, el destino hizo reencontrarme por casualidad con Roberto Morri, incombustible maratoniano italiano que conocí en Chicago 6 años atrás y con quien sigo estando en contacto en la distancia a través de las redes sociales.

En las inmediaciones del Estadio de Anoeta, un precioso aurresku hace las veces de preludio del inicio de la carrera. No somos demasiados participantes en la prueba reina, 3.200 aproximadamente. La idea es rodar cómodo, cerca de 5'/km. He venido a disfrutar. Esta era la tercera y última bala (Boston en febrero y Berlín en septiembre fueron las dos anteriores) para intentar conseguir un sueño que ya guardo en un lugar privilegiado de mi colección de desafíos deportivos. Cada vez que me viene a la cabeza, no puedo creer cómo fui capaz de aguantar a 4'15"/km durante casi tres horas. Buff!!



Km16. Al paso por el hotel, llegan los primeros ánimos de mi afición personal. El panorama ha cambiado mucho desde que salí a primera hora de la mañana, y en estos momentos la climatología es más parecida al Mediterráneo en esta época del año, con sol y temperatura muy agradables.

Paso la media maratón en 1h42'28" (4'51"/km). No estoy forzando. Tampoco voy sobrado. El factor mental va a ser determinante desde aquí hasta el final para seguir en tiempos buenos, ya que se trata de un recorrido con dos vueltas idénticas de 21km. Se que los primeros kilómetros son más bien feos, que el grueso de animación se concentra en la zona centro y a lo largo de la playa de la Concha, y que los 6-7 kilómetros de ida y vuelta en la Avda. Tolosa se van a hacer muy duros. En este punto soy consciente que hubiese sido casi imposible hacer marca personal con este circuito rompepiernas, y doy las gracias una vez más de haber venido a San Sebastián sin presión.

Entro en meta en 3h23'31" (4'49"/km), consiguiendo un negative split, es decir, la segunda media maratón más rápida que la primera, la felicidad de sumar una nueva aventura a mi colección, y con la cabeza puesta en el homenaje gastronómico que nos vamos a dar en breve en "La Cuchara de San Telmo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario