lunes, 1 de noviembre de 2010

La hora de la verdad

Y por fin llegaba el gran día en el que en unas cuantas horas se ponían a prueba todos los entrenamientos de cinco meses... El día en que el Home de Ferro volvía a Ibiza después de un año de pausa, lo hacía con las peores condiciones climáticas posibles: frío, viento y lluvia.

A las 7:30h daba comienzo la competición bajo un intenso aguacero con la salida de los "hombres élite"; diez minutos después salían los últimos participantes, los "open", mi categoría. La organización se había visto forzada a modificar el circuito a nado, pasando de dos vueltas de 2km a tres vueltas de 1'33km, pues el oleaje era bastante fuerte, especialmente cuando más alejados estábamos de la costa. A mi ritmo iban cayendo los kilómetros, iban pasando las vueltas, y hasta iban quedando atrás otros triatletas, algunos de ellos que habían salido unos cuantos minutos por delante de mi... Sin saberlo, iba mejor de lo que creía, pues yo calculaba completar la natación en aproximadamente una hora y media, y para mi sorpresa terminé en 1h23', con el 12º mejor tiempo de mi categoría.

Una larga y tranquila transición me preparaban para el sector más duro del día, probablemente la salida más dura en bicicleta de mi vida. No sé que fuerza llevaría el viento en el momento de emprender la marcha, pero los kilómetros que separaban ses Figueretes de Sant Josep, aquella recta interminable con el aire de cara, se hacían eternos; a duras penas me mantenía entre 20 y 25km/h. Por motivos de seguridad, la organización decidió suprimir el último tramo de bajada hasta Cala d´Hort, pero no por ello el recorrido perdió su dureza, pues desde que abandonamos la carretera se sucedían los toboganes arriba y abajo sobre un suelo mojado que dificultaba todavía más si cabe este sector. Yo había entrenado en montaña, había subido cuestas seguramente tan duras como las que tenía sobre las ruedas, pero estaba en los primeros kilómetros y todavía tenía que pasar por aquel 'infierno' dos veces más. Primera de las 3 vueltas, primeros 40 km, primera vez que veo a la familia en hora y media..., y tengo una caida justo ahí, delante de ellos. No fue gran cosa, tampoco perdí mucho tiempo hasta volver a ponerme en marcha de nuevo, pero esto fue un importante aviso de lo peligrosa que estaba una carretera que a esas alturas ya se cobraba unos cuantos abandonos por caidas o por el riesgo excesivo de sufrirlas. Desde entonces, a partir de la segunda vuelta, decidí aguantar en los tramos más duros sin forzar más de lo necesario, y dejarme llevar en los más favorables. De este modo, ya que veía que no podía 'rascar' mucho tiempo con la bicicleta, y que si lo intentaba lo pagaría muy caro, en ese momento, el objetivo pasó a ser guardar fuerzas para llegar con piernas a la carrera a pie, algo para lo que de verdad sí estoy muy preparado independientemente de las condiciones en las que me encuentre.

Gracias a este cambio en mi estrategia, llegué sin excesiva fatiga a la última transición. Por tercera y última vez en lo que llevaba de mañana, empezaba de nuevo desde "0", esta vez en el sector que más domino. Primeras zancadas, primeros kilómetros, primeros triatletas que se quedan atrás... Me doy cuenta que estoy muy bien, pero no fuerzo; queda todavía mucho por delante y no merece la pena arriesgar, ya que el objetivo ha pasado de centrarse en intentar entrar en los tiempos que tenía pensado hacer a cruzar una meta por la que ya no pasarían más de 100 triatletas que por distintas razones ya entonces se habían quedado fuera de la competición. Cada 7'5km termina una vuelta, siento el apoyo de la familia, y me lleno otra vez de energía... Última vuelta... Después de la última subida al Portal de ses Taules empieza también la última recta hacia la playa, uff!! No sé cuantas cosas me venían a la cabeza en ese momento: la natación, las rampas de Cala d'Hort, la caida en bicicleta, los pinchazos y abandonos que se sucedían a lo largo del recorrido, las caras de los espectadores y competidores que me han ido acompañado durante la mañana y parte de la tarde... Últimos 500m; la emoción casi puede conmigo, pero aguanto... Últimos metros, y ahí, de nuevo, la familia, el ánimo de la gente, la meta... Esta vez sí que tengo que sacar todo lo que llevo dentro y me caen algunas lágrimas de emoción, emoción por haber superado tantas adversidades en mi primer triatlón de larga distancia y por ver recompensado tanto entrenamiento en un día en que peor no habían podido ponerse las cosas.

En total he invertido 8h48'25'', repartidos de la siguiente forma: 1h23'03'' de natación, 6'12'' en la primera transición, 4h47'33'' de ciclismo, 3'50'' en la segunda transición, y 2h37'49'' de carrera a pie.

Con el Home de Ferro pongo el broche de oro a un año deportivo increible, lleno de retos superados y competiciones en las que he conseguido mejorar mis marcas en practicamente todas las distancias y modalidades.

Ahora llega un largo período de descanso hasta que a finales de diciembre vuelva a engranar la máquina para las aventuras que tengo en mente para el 2011.

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