sábado, 8 de septiembre de 2018

Mediterránea Triatlón Valencia


Con una primera mitad de año cargada de duras y exigentes competiciones, lo único que me apetecía de cara al verano era desconectar de entrenamientos, darme el gusto de gandulear durante algunas semanas y comer sin limitador... Con este panorama, estaba claro que ni de cerca iba a llegar en buenas condiciones físicas al triatlón de Valencia, que ya con vistas, esta vez decidí inscribirme en la categoría Sprint, modalidad que tenía abandonada desde el año 2009.

Con la incertidumbre de la meteorología, que todo apuntaba que iba a descargar con fuerza durante todo el fin de semana, la falta de fiabilidad que por su antigüedad me transmitía mi antigua bicicleta de carretera, y un cuerpo lastrado con 7 kilos de bonus respecto a mi peso óptimo de competición, así me presentaba a la cámara de salida.

La idea inicial era salir a disfrutar, pero la emoción de verme de nuevo a escasos minutos de volver a entrar en sintonía con la adrenalina de un nuevo evento deportivo se apodera de mi.


Desde la travesía del Puerto de Sagunto, a mediados de Julio, no he ido a nadar más que 4 ó 5 veces. Salgo fuerte. Hay triatletas que nadan con los puños cerrados, porque al paso de la primera boya encajo un fuerte derechazo en toda la cara. Es un milagro que las gafas estén todavía en su sitio. No encuentro pies que me guíen, de modo que abro mi propio camino. A falta de unos 200m para terminar el sector, recojo a una gran cantidad de participantes que habían salido 5' antes. Vaya!! No estás tan oxidado Rafeta...


Estoy habituado a las transiciones sin tanto estrés de las pruebas de larga distancia y esta se me va hasta los 3 minutos. Nadamás cruzar el puente móvil, encuentro mi socio. Nos vamos relevando durante la primera vuelta. Voy sin cuentakilómetros, por lo tanto no tengo referencias de si me muevo demasiado rápido como para reventarme antes de terminar el sector o lo suficientemente rápido como para aguantar bien los 20km de bicicleta. Cuando termina la primera vuelta y tengo que negociar de nuevo el giro del puente móvil, se me va la rueda que estaba siguiendo algunos metros. Justo en ese momento, un participante me pasa como una exhalación, mi socio le coge la rueda y me quedo solo toda la segunda vuelta. Termino el parcial en 34'16", a 35km/h, nada mal, teniendo en cuenta que mi bagaje sobre ruedas en los últimos 3 meses han sido unas 7-8 clases de spinning.

La segunda transición la completo en la mitad de tiempo que la primera. Quedan 5km de carrera a pie por delante. En teoría es mi punto fuerte, pero como comentaba al principio, llevo una mochila de buena vida que he ido cargando bastante bien durante los últimos dos meses. Mi sensación es que, aunque me cuesta, llevo un ritmo alto. No hay referencias en el circuito de carrera a pie, por lo tanto, tampoco puedo ir calculando la velocidad. Los últimos 500m aproximadamente, aprieto los dientes para que alguien que viene acelerando el paso por detrás no me estropee la foto de finisher... Entro en meta en 1h15'21", terminando, para mi sorpresa, en la posición 39ª de 562 participantes.

Me ha gustado la experiencia de volver a participar en esta modalidad y no descarto para el próximo año repetir experiencia...


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