Así puedo calificar mi undécima maratón. Cura de humildad, porque aun a sabiendas de no llevar un entrenamiento adecuado para ir a buscar mi marca deseada, he salido decidido a intentarlo por primera vez en mi vida, y como era de esperar, no lo he conseguido. Y dulce, porque a pesar de la falta de volumen de kilómetros que llevaba en las piernas y la cantidad de cosas que llevo entre manos últimamente, he hecho una buena marca y me quedo con la sensación de que cuando me encuentre más descargado de responsabilidades y cuente con el tiempo suficiente para entrenar como se debe, voy a estar en condiciones óptimas de afrontar un desafío que desde hoy he iniciado con el crono.
A Castellón llegaba con un montón de incógnitas sobre como afrontar la maratón. Del plan inicial de 10 semanas que suelo seguir cuando pretendo buscar marca personal, solo he completado la mitad del mismo, por falta de tiempo, por no tener la cabeza centrada al 100% en la preparación, por lesiones o por ocasiones en que a causa del sobreentrenamiento me he visto obligado a tener que hacer una pausa forzada durante algunos días. Pero no todo han sido sensaciones negativas, ya que durante este periodo de 10 semanas mi organismo ha respondido perfectamente en las salidas largas a un ritmo alto, he mejorado mi marca personal en 10km dentro de una media maratón, he conseguido adaptarme a las circunstancias y entrar en las tres semanas previas a la maratón con la motivación necesaria para afrontar un reto de estas características.

Y el 6 de Diciembre por fin ha llegado. Mi estrategia iba a ser intentar compensar con geles y chucherías energéticas la falta de kilómetros acumulados con que me presentaba a la línea de salida de mi segunda maratón de Castellón. La emoción es máxima, como siempre. Una maratón no es una simple carrera. Es una carrera legendaria, es mi distancia favorita, es una aventura hacia los límites fisiológicos de cada uno, y hoy, una vez más, los iba a poner a prueba.

Últimos metros. Estoy contento porque he conseguido terminar una vez más una maratón, porque he sabido encontrar un modo de automotivarme cuando peor lo estaba pasando, y especialmente, porque se que si hubiera sido más humilde, al menos el segundo de mis objetivos del día, el más realista, muy seguramente hubiera sido capaz de conseguirlo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario