domingo, 16 de septiembre de 2012

Blackmores Sydney Running Festival 2012


Casi un año después de nacer mi proyecto deportivo a escala mundial, en el día de mi 31 cumpleaños me he regalado mi primera maratón internacional, la prueba reina del Backmores Sydney Running Festival, y con ella, Oceanía es el primer continente en caer en el saco...

No ha sido fácil llegar hasta aquí, y no me refiero a los días, sí días, de viaje que se necesitan para venir a Australia, sino a la forma física... Y es que hay veces que todavía no me lo creo cuando pienso que hace nueve meses tenía roto el tendón de Aquiles, una lesión bastante seria que gracias a una buena operación, una rehabilitación constante y la ilusión de volver a estar bien cuanto antes, los plazos se vieron reducidos de una manera escandalosa y en lugar de los aproximadamente nueve meses que en condiciones normales uno regresa a la práctica deportiva normal y corriente, tras dos meses de ejercicios en seco y dos más de ejercicios en el agua, ya volvía a calzarme unas zapatillas y darle movimiento a las piernas...

En el mes de marzo, al encontrarme en pleno período de recuperación, tuve que dejar para otra ocasión lo que tenía que haber sido mi primera gran maratón, y viajar a Roma como turista en lugar de hacerlo como deportista, pero por suerte, esta vez he podido hacer un poco de todo... 

Hoy Sydney se despertaba muy temprano. Por primera vez me enfundaba lo que va a convertirse en el equipaje de las grandes citas internacionales, toda una sensación, por cierto. Después de los habituales minutos de calentamiento, un disparo que no he escuchado al encontrarme muy atrás en la salida, daba comienzo a la prueba. Los primeros kilómetros eran espectaculares, desde el Luna Park, sobre el Harbour Bridge en dirección sur y a lo largo de las calles del distrito financiero, kilómetros que he aprovechado para recrearme con las vistas e inmortalizar todos esos buenos momentos con la Go Pro gracias al accesorio que en su día compré para este tipo de eventos deportivos. 

Al abandonar Sydney City y con ello las vistas más impactantes de la carrera, he hecho una pausa en las grabaciones para dedicarme a correr un poco... Estaba contento, era mi cumpleaños, estaba celebrándolo corriendo una maratón en Australia. Sin darme cuenta estaba acelerando el ritmo, y ya no he podido relajarme hasta que finalmente me he detenido frente al Opera House, con más de 42km en las piernas y la meta a mis espaldas. Había corrido la segunda media maratón más de siete minutos más rápido que los primero 21km. La idea era ir más relajado pero la emoción ha podido con mi paciencia y he terminado la carrera en un tiempo real de 4h04'50'', muy por debajo de la idea que llevaba en un principio.

El objetivo está conseguido. El koala ya ha conquistado su continente y yo me vuelvo a casa con una bonita experiencia en el cuerpo y muchas muchas agujetas en las piernas.


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