jueves, 13 de noviembre de 2014

El quinto continente

Cada vez va quedando menos para cumplir mi sueño. 

Tengo la suerte de haber hecho mucho en poco tiempo: Sydney, Marrakech, Chicago, Río de Janeiro, todo ello en aproximadamente dos años. El camino no siempre ha sido fácil. Si cierro los ojos y viajo tres años atrás en el tiempo, me veo a mí mismo con una enorme ilusión depositada en un proyecto deportivo a gran escala, que una serie de infortunios en el periodo más accidentado de mi vida me obligaban a posponer su puesta de largo una y otra vez, primero cuando la microrrotura en los isquiotibiales no me dio otra alternativa que ver los toros desde la barrera en la maratón de Valencia y, meses más tarde, cuando el tendón de Aquiles hacía lo propio con la Maratona di Roma. Desde entonces he corrido dos maratones en España, Valencia (2012) y Castellón (2013), pero con el objetivo principal de quitarle minutos a mi marca personal, que a día de hoy está en 3h07'23'', sin la equipación de gala de las maratones internacionales, sin la GoPro..., de modo que no las puedo considerar parte de mi super-proyecto. 


Yo quería Roma. Hay otras que me atraen mucho como Berlín, Londres o Reykjavyk. ¿Pero por qué no aprovechar ahora la maratón de Valencia para hacer oficialmente mi quinto continente? En este momento es posible, más adelante..., quien sabe. Además, sería una pena no tener un recuerdo audiovisual de mi ciudad en uno de sus eventos más importantes del año, de las muchas caras conocidas que o bien como participantes o bien como espectadores seguramente se encuentren esa mañana de domingo a lo largo del recorrido: familia, amigos, compañeros de trabajo, profesores, alumnos... 


Sí, ya lo he decidido. Si todo va bien, Valencia se convertirá en mi quinto continente. Estoy seguro que será una carrera muy especial, porque en estos momentos estoy viviendo lejos de mi tierra y me siento como cuando voy a correr a un nuevo destino, porque voy a animar a la gente que me conoce a que se dejen ver en algún punto del recorrido para capturarlos con mi videocámara, porque como siempre mi familia va a estar empujándome como nadie más sabe hacer, porque por primera vez en mi vida no voy a correr solo, sino junto a mi mejor compañero de batallas deportivas, que con esta ya serán tres las maratones que llevará en sus piernas. 

Ni el uno ni el otro estamos tan entrenados como otros años. Aquí es practicamente imposible dar una sorpresa como cuando en septiembre casi sin entrenar bajé de la hora y media en la media maratón de Cheste. De todas maneras, esta vez el objetivo no va a ser el crono, sino disfrutar de toda una aventura de 42 kilómetros y pico. Sin embargo, de la manera que está planteada esta carrera, Miguel puede que consiga rebajar algo su mejor marca personal (3h55'03'')... Ahí queda eso. 

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