domingo, 21 de agosto de 2011

XXXII Gran Fondo de Siete Aguas


Este año, al igual que en el 2009, me he decidido a participar en el Gran Fondo de Siete Aguas. En aquella ocasión corría por primera vez esta durísima carrera de más de 15 kilómetros sin ningún objetivo en concreto; únicamente con la idea de hacer una buena carrera, sin más. Hoy, sin embargo, llegaba a unas de las pruebas reina del calendario veraniego nacional, en plena pretemporada personal, con un mes de entrenamientos playeros en la hora de deporte que cada día nos permiten en el trabajo. Con esto y la experincia de haberla corrido ya una vez, la idea iba a ser intentar rebajar el tiempo que consiguiera hace dos años (1h10'05''), pero sin obsesionarse con los parciales, sino dándole todo el protagonismo a las buenas sensaciones que me han ido acompañando especialmente en las salidas de las dos últimas semanas.

Me he colocado bastante bien en la línea de salida y gracias a ello no me he visto afectado por el embudo que cada año se forma en las primeras calles del pueblo. Rampas arriba que subo con cabeza, sin forzar demasiado; rampas abajo que utilizo para dejarme caer, recuperar tiempo y posiciones perdidas; kilómetros que se van quedando atrás; y la fatiga que sigue sin aparecer... No me confío porque sé que en esta carrera, hasta que no se sube la última cuesta y se cruza la línea de meta, uno tiene que ser muy consciente de las fuerzas que van quedando, ya que si se gastan antes de hora, uno de los tremendos toboganes puede convertirse en el auténtico muro que me haga perder las opciones de hacer un buen tiempo.


Y así llega el kilómetro 14; faltan 1150 metros para terminar y es entonces cuando me doy el capricho de ver cómo voy de tiempo. En ningún momento hasta entonces he tenido ninguna referencia; me movía por sensaciones, por sensaciones y por orografía. Sabía que lo estaba haciendo bastante bien, y así lo he podido confirmar en el Timex cuando he visto que llevaba poco más de una hora de carrera. Ya entonces sabía que iba a rebajar en unos cuantos minutos mi anterior marca, pero movido por la ilusión de una gran carrera como la que estaba haciendo, me he lanzado literalmente desde entonces y hasta la línea de meta hasta conseguir terminar en un tiempo de 1h05'32'', casi cinco minutos más rápido que en 2009.



Estoy muy contento de ver como vuelvo a las competiciones después de estar más de dos meses apartado de ellas, sobretodo porque desde el primer domingo de septiembre y hasta final de año, el calendario viene muy cargado de carreras, con el final del Circuito Ruralcaja y del Circuito Diputación, y los platos fuertes de esta parte de la temporada, con la Media Maraton de Lisboa y la Maratón de Valencia.

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