viernes, 29 de octubre de 2010

Las cartas sobre la mesa

A día de hoy puedo decir que tengo los deberes hechos para afrontar con decencia mi auténtico reto deportivo del 2010. Siguiendo el formato de la larga distancia europea, el Home de Ferro se desarrolla sobre 4km de nado, 120km en bicicleta y 30km de carrera a pie. Además, este año la Federación Española de Triatlon ha aprovechado la ocasión para hacer coincidir en fecha y escenario el Campeonato de España de larga distancia, y la Federación Internacional de Triatlon, para incluir este evento como la segunda prueba del año de las series mundiales de triatlón de larga distancia; supongo que de ahí la presencia de tantos participantes internacionales.

Hace aproximadamente cinco meses comencé mi preparación para el Home de Ferro. La verdad es que el planning surgió casi sin pensarlo, pues apoyándome en algunas sugerencias de un artículo de triatlón de una de las Sportlife que Alfredo trajo a la playa un día de principios de junio, y mi experiencia, ya no como triatleta, sino como deportista en general, me ayudaron a diseñar una preparación que he seguido al 90% hasta hoy, a falta de un par de días para la prueba y ya sin más brazadas, pedaladas y zancadas que las que vaya a dar este domingo en Ibiza.


He comentado que el planning lo he seguido al 90% porque bien por trabajo, cansancio, condiciones metereológicas u otros compromisos, me era imposible hacer eso que tenía en mente para un día en particular. Cinco meses es mucho tiempo para seguir todos y cada uno de los entrenamientos programados, y hay ocasiones en que el descanso es el mejor de los entrenamientos que uno puede hacer.


En este tiempo han quedado atrás muchas horas de entrenamiento, 4 carreras del Circuito Ruralcaja con sus kilómetros de bonus, mi primera travesía a nado (Perelló-Les Palmeres), el triatlón olímpico de Valencia, la VI Marcha Cicloturista de Valencia, y la Volta a Peu a Meliana con transporte incluido de ida y vuelta sobre mis piernas. Nunca en mi vida había entrenado tanto para una competición, y las sensaciones han sido estupendas durante todos estos meses. Cada vez más mi cuerpo y mi cabeza se han ido acostumbrando más a salidas más largas, a entrenamientos más duros; y además, he contado con la fortuna de ser respetado por las lesiones, algo sin duda imprescindible para llegar al 100% a un evento de estas características.

Las cartas ya estan echadas sobre la mesa y ahora ya solo queda esperar el pistoletazo de salida e intentar disfrutar el máximo tiempo posible de las horas que vaya a estar en competición; podría dar un pronóstico de entre ocho y ocho horas y media, pero todo dependerá de la metereología, que no parece que nos vaya a acompañar demasiado el fin de semana.

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